Qué dice en 1 Juan 5 14

Si se omite Juan 5:4, ciertos versículos no serían importantes en el contexto.

Por poner un ejemplo, en el final del versículo 3, la oración «aguardando el movimiento del agua» no está en el Artículo Crítico. En este artículo heleno, habría alguna concordancia, puesto que el versículo 4 está ausente. Pero entonces uno puede preguntar a los que apoyan el Artículo Crítico: ¿Cuál fue la causa de los enfermos en torno a la piscina?

Discusión

El contexto de 1 Juan 5:16 semeja ser paralelo al contexto de Santiago 5:13-18 que da una luz y un trasfondo mucho más contrastantes. Esto es, Santiago se dirige a los fieles que (a) padecen, (b) se regocijan y, al final, (c) los fieles que no solo padecen sino mueren gracias a la patología.

Santiago 5:13-18 (LBLA) 13 ¿Está alguno entre nosotros afligido? Bueno, reza. ¿Alguien es feliz? Que cante loas. 14 ¿Alguno de nosotros está enfermo? Entonces debe llamar a los jubilados de la iglesia y rezar por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor; 15 Y la oración llevada a cabo con fe sanará al enfermo, y el Señor lo va a levantar, y si hubiere cometido errores, le van a ser perdonados. 16 Conque confiesen sus errores unos a otros y oren unos por otros a fin de que sean sanados. La oración eficiente de un justo puede conseguir bastante. 17 Elías era un hombre con una naturaleza como la nuestra, y oró bastante a fin de que no lloviese, y que no lloviese sobre la tierra a lo largo de tres años y seis meses. 18 Entonces oró nuevamente, y los cielos vertieron lluvia, y la tierra dio su fruto.

Negar a Jesús

Esto nos ofrece una pista sobre el concepto de «pecado que transporta a la desaparición». Juan comparte los errores de esos que experimentaron el poder y la felicidad de Jesús, pero que por último lo rechazaron. O sea afín a la enseñanza en otras unas partes de la Biblia (p. ej., Marcos 3:22-30; Hebreos 6:4-6; Hebreos diez:26-29). Asimismo es consistente con la enseñanza previo en la epístola.

Ningún pecado es bastante grande para no ser perdonado, por el hecho de que Jesús murió como «el sacrificio de afuera por nuestros errores, y no solo por los nuestros, sino más bien asimismo por los errores de todo el planeta» (1 Juan 2:2 ). Por ende, si nos excusan o no, no es dependiente de la intensidad de nuestros errores, sino más bien de lo que hacemos con nuestros errores. “Si mencionamos que nos encontramos sin pecado, nos nos encontramos recordando a nosotros y la realidad no está en nosotros. Si confesamos nuestros errores, él es leal y justo, nos disculpará nuestros errores y nos va a limpiar de toda maldad”. (1 Juan 1:8-9).

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