Qué dice Gálatas 5 16

I.- CAMINAR EN EL ESPÍRITU O SEGUIR CAMINANDO EN EL BIEN (Gálatas 5:16-17)

• A.- Ámbas maneras de vida se oponen y quedan fuera del contar
• B.- Guía del Espíritu Santurrón (Gálatas 5:18 y 25-26)
• C.- Crucifixión de la carne (Gálatas 5:24, Romanos 6:1-11 )

Adulterio

El adulterio tiene relación a las relaciones íntimas ilegales entre parejas casadas. Levítico 18:20 lo deja claro: «No te echarás carnalmente con la mujer de tu prójimo, ni te contaminarás con ella». Hebreos 13:4b afirma que Dios juzgará «abominación y adulterio».

Hay diversos tipos de adulterio. Estos tienen dentro el adulterio físico (descrito en Levítico 18:20), el adulterio mental (que supone fantasear o abarrotar la cabeza con pensamientos ilegales) y el adulterio legal (que incluye regresar a casarse con un individuo divorciada, mientras que la pareja original todavía está viva).

Parte 3

¿Por qué razón es tan esencial caminar en el Espíritu? El artículo da 2 causas, una en Gálatas 5:16 y la otra en Gálatas 5:18. En Gálatas 5:16, el atractivo para caminar en el Espíritu es que en el momento en que andamos, no nos encontramos satisfaciendo los deseos de la carne. La Versión Estándar Revisada yerra al notar la segunda una parte del versículo 16 como un orden, en vez de una promesa, y afirma: «No cumplirás los deseos de la carne». Todas las otras ediciones primordiales llevan razón al considerarlo como una promesa, puesto que esta versión griega particularmente tiene ese concepto mediante Pablo. Por poner un ejemplo, en la New American Estándar Bible (NSAB), el versículo debe traducirse: «Como digo, pasea en el Espíritu y no cumplirás el deseo de la carne». Por consiguiente, la primera razón por la que debemos caminar en el Espíritu es que en el momento en que lo hacemos, los deseos de nuestra carne son vencidos.

En publicaciones recientes, he tratado de determinar la carne como lo realiza Paul. La mayor parte de las ocasiones (pero no en todos los casos, ver mucho más abajo) no se habla solo de la parte física (Paul no ve el cuerpo como algo malo). La carne es el ego que se siente vacío y emplea los elementos de su poder para llenarlo. La carne es el «yo» que trata de satisfacerme con todo menos con la clemencia de Dios. Preste atención a Gálatas 5:24: «Los que son de Jesucristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos». Compáralo con Gálatas 2:20: “Fuí crucificado con Cristo, y no soy yo quien vive, sino más bien Cristo quien vive en mí; y la vida que en este momento vivo en la carne la tomo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. En Gálatas 2:20, «carne» se emplea en el sentido mucho más ordinario, refiriéndose a la presencia corporal ordinaria, que es bastante buena en sí («En este momento vivo en la carne»). Pero, lo más esencial a estimar es que en Gálatas 5:24 la «carne» es crucificada y en Gálatas 2:20 «yo estoy crucificado». De ahí que defino la carne en su empleo negativo, como una expresión de «yo» o «mi». Fíjate en Gálatas 2:20 desde el instante en que el viejo carnal fué crucificado que un nuevo «yo» vive y lo mucho más particular de este nuevo «yo» es que vive según la fe. “La vida que en este momento vivo en la carne, la tomo por la fe en el Hijo de Dios, el que me amó y se entregó a sí mismo por mí”. La carne es el ego que se siente vacío, pero detesta la iniciativa de llenarlo por la fe, por poner un ejemplo, confiando en la clemencia de Dios en Cristo. En cambio, elige utilizar elementos legales o con licencia de su poder para completar su vacío. Como afirma Romanos 8:7: “El espíritu que está unido a la carne es enemigo de Dios, pues no se sosten a la ley de Dios. La esencia de la carne es que no es sumisa. No desea someterse a la autoridad absoluta de Dios ni confiar en la clemencia absoluta de Dios. Como el viejo comercial de televisión, la carne afirma: «Quiero llevarlo a cabo yo mismo».

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