Cómo puedo escuchar la voz de Dios

No sé si en algún momento has sentido que, pese a buscar a Dios, crees no percibir su voz. Debo aceptar que esto me pasó frecuentemente, en especial en el momento en que me sentí abrumado por una situación. De ahí que me llamó la atención un producto de Jennifer LeClaire, editora en jefe de la gaceta Carisma.

(Fotografía por: Pixabay)

De qué forma oír la oración nos asiste a percibir a Dios

Varios de nosotros imaginamos la oración como un monólogo: charlamos con Dios, distribuyendo nuestro mucho más sincero agradecimiento y ofertando nuestras necesidades y pedidos. Pero la oración es mucho más una charla, donde charlamos con Dios y el Señor nos charla.

La escucha de la oración se enfoca en una clara solicitud de guía a Dios. Al llevar a cabo su pedido, le ofrecemos a Dios la autoridad de guía sobre las otras voces que oímos en nuestra vida día tras día. Entonces presionamos el botón de pausa. Aguardamos en Dios en instantes de calma, dando permiso que el Señor nos hable. Enfocamos nuestro tiempo de oración en oír intencional y con propósito, y dejar que Dios hable.

La voz de Dios en el presente

Varias personas tienen ideas y reglas del pasado que les llevaron a opinar que Dios no le charla a su pueblo el día de hoy. La palabra de Dios nos enseña que charló ayer, que charla el día de hoy y que proseguirá comentando. Su deseo es estar comunicado con la multitud.

«Una vez que Dios, tras haber hablado frecuentemente y de muchas formas a los progenitores a través de los profetas, en estos últimos días nos mencionó por el hijo, a quien formó heredero de el sobre todos y por quien el dio. el cosmos asimismo”. Hebreos 1.1, 2

Sé como un niño y charla con tu padre en oración

Él es igual a Dios. Toda vez que charlamos con él, oramos. Puede ser una oración rápida «Señor, ¿qué debo llevar a cabo?» puede tomar mucho más tiempo mencionarle lo que hicimos y de qué manera van las cosas, y sencillamente ofrecerle las gracias por su asistencia o contarle los inconvenientes de nuestros amigos y familiares y solicitarle a Dios que los asista darle las gracias nuestra comida, su asistencia, su amor, alabadle adoración. Es de esta forma como le charlas a Dios, es bien simple, hasta un niño puede llevarlo a cabo.

Oímos la voz de Dios mediante amigos, leyendo la Biblia, pensando en nuestra cabeza que viene de él, pero todas y cada una estas formas han de ser según lo que la Biblia enseña sobre él. Él jamás nos solicitará que hagamos o afirmemos algo que no se ajuste a eso que afirma la Biblia. Tenemos la posibilidad de charlar con Dios y Jesús sencillamente diciendo lo que pensamos y lo que deseamos que Él sepa. Esto lleva por nombre rezar. No requerimos enseñanzas ni expresiones destacables para lograr rezar, es suficiente con estimar hablarle, puedes estar seguro de que te escucha.

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