Cómo se alimenta la fe en Dios

La verdad que nos circunda, lo que nos pasa y que no comprendemos, nos ordena a preguntarnos sobre los argumentos de la vida. Sentimos la necesidad de localizar las motivaciones profundas que nos impulsan a la acción. Nos puede contribuir a tomar conciencia y preguntarnos sobre la vitalidad de nuestra fe en Jesús.

De ahí que, la Palabra de Dios nos alumbra, la palabra de la Iglesia nos incita y el testimonio de los santurrones y santas nos acompaña como un secreto.

¿Qué es lo que significa comer?

Observemos qué es lo que significa comer físicamente, que es una figura increíble para el alimento espiritual. Comer es consumir algo en nuestro ser que satisface nuestra apetito, nos alimenta y nos ofrece energía. Lo que ingerimos da nutrientes a nuestro cuerpo de forma que nos alimenta e inclusive nos hace medrar. Nuestro cuerpo está hecho de lo que ingerimos.

Y lo que ingerimos, esto es, la comida, debe seguir de la materia viva. Por poner un ejemplo, una roca, que es material inorgánico, no nos nutre, pero una manzana sí. Lo que ingerimos debe tener el elemento de vida para lograr nutrirnos.

Dios nos reconoce en el momento en que nos falta fe:

La Biblia afirma precisamente «…sin fe es realmente difícil agradar a Dios…» (Hebreos 11:6). En las Sagradas Escrituras observamos que Jesús siempre y en todo momento alababa a sus acólitos por su falta de fe. Observamos en la Biblia de qué manera el Señor Jesús los reconoció en la mitad de la tormenta por su poca fe (Marcos 4:40) y de qué forma fueron advertidos por su falta de fe tras atravesar el mar y la multiplicación de los panes y ver el pez. . Jesús no solo confrontó la carencia de fe de sus acólitos, sino asimismo advirtió a los redactes y fariseos por el hecho de que dejan de lado la fe y ponen su seguridad en las proyectos humanas.

• Pedro escuchó la voz de Jesús y su fe se robusteció hasta ignorar la tormenta y la lógica humana que le afirmaba que es imposible caminar sobre el agua y de ahí que logró caminar sobre el agua y que su fe era intacto.
• «La fe viene por el oír la palabra de Dios.» (Romanos diez:17) La Palabra de Dios hace más fuerte y mantiene nuestra fe, las voces y conmuevas humanas, al revés, la desgastan.

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