Quién agrado a Dios

La santidad y lealtad a la que debemos aspirar todos y cada uno de los que proseguimos a Cristo no se restringe a la fácil observancia de la letra de la ley, como hacían los redactes y fariseos. En el evangelio de el día de hoy, Jesús establece un principio y tres apps específicas sobre esto.

El principio es: accionar para agradar a Dios sin buscar el aplauso de los hombres. Y la app de este principio tiene relación a tres de las proyectos mucho más esenciales, en las que los judíos de entonces hacían la fe y la vida dolorosa. Charlamos de limosna, ayuno y oración. En todas y cada una de las ocasiones en que se viven estas tres proyectos, Jesucristo enfrenta el accionar de la hipocresía a la actitud prudente de la auténtica intención del Padre, que le recompensará por el hecho de que ve en lo misterio. Estos tres ejemplos detallan 2 reacciones internas que nos son absolutamente opuestas: la patraña o la certeza a los ojos de Dios.

Índice
  1. Lee la palabra de Dios
    1. – Percibir al Espíritu:

Lee la palabra de Dios

“Sobre toda protección, almacena tu corazón; pues la vida fluye de él». Proverbios 4:23

De ahí que no debemos dejarnos llevar por nuestra carne ni por nuestros sentimientos, sino más bien por su Espíritu que en este momento vive en nosotros por la fe en Cristo. Esta es la clave a fin de que nuestro corazón no deambule y gozemos de cada bendición. Debemos cultivar cosas francas que no contaminen nuestro corazón, asimismo eludir cosas que entren mediante nuestros sentidos y nos hagan espantar nuestro corazón de Dios, para distanciarnos de Su presencia y guía. Al final, pensemos en lo que puede espantar nuestro corazón de la existencia de Dios. (Salmo 101:2-3, 1 Reyes 11:4, 1 Reyes 15:3)

– Percibir al Espíritu:

La Biblia exhibe que hay que proteger el Espíritu. y sabiendo mucho más que las cosas mundanas de la carne y de todo el mundo. Se hablan de 2 clases de espíritus: el espíritu carnal, humano y terrenal, y el espíritu espiritual, el espíritu que es guiado por el Espíritu de Dios. Por consiguiente, obedecer al Espíritu es una condición para lograr agradar a Dios.

Como exhibe la próxima cita bíblica: “Por el hecho de que vivir en la carne es muerte, pero ser llenos del Espíritu es vida y paz. Por el hecho de que la cabeza carnal es enemistad contra Dios; pues no están sujetos a la ley de Dios, y no tienen la posibilidad de; y los que viven de conformidad con la carne no tienen la posibilidad de agradar a Dios” (Romanos 8:6-8).

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Juan de Jesus

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