Cómo podemos fortalecer la fe en la familia
¿Proseguirás distribuyendo con tus hijos tras la cuarentena o vas a dejar que la carencia de tiempo te dé la posibilidad de comunicar con ellos?
Precisamente, habitamos una temporada que va a ser recordada por años, y varias personas lo recordarán como «en el momento en que el planeta fue acabado por un enemigo discreto que destrozó economías enteras».
Alabanza
En el momento en que alabamos y cantamos con todo nuestro corazón y prestamos atención a las expresiones de nuestra alabanza, nuestra fe puede robustecerse. Te invito a que en el momento en que te sientas deprimido, triste, agotado y confundido, escuches los encomios, si sientes que te vas a sentir bien y que vas a estar relajado.
Ten presente que en el momento en que alabas a Dios, le solicitas manifestaciones, le solicitas que te responda, le solicitas venir a su presencia y vas a ver como te responderá de distintas formas.
Conclusión
La fe enseña lo que es imposible argumentar. La fe cura lo que la medicina no ha podido sanar. La fe es aguardar lo que es imposible aguardar. La fe consigue lo que no tenemos la posibilidad de conseguir con nuestras fuerzas.
Los que tienen Fe se levantan en el momento en que otros se desmoronan, hallan caminos en el momento en que otros se cierran, avanzan y otros reculan, tienen la fuerza para proseguir peleando en el momento en que otros admiten la victoria, tienen promesa y creen en la Eternidad en el momento en que otros suponen que la desaparición es el desenlace de todo. El sentido de regresar a la Fe es dejar que un rayo de luz entre en nuestras tinieblas, para traer de vuelta la promesa. Es admitir nuestros límites y admitir que requerimos ser protegidos, puesto que somos capaces de opinar, en especial de opinar en Dios que es Constructor, Padre, Amigo y Hermano. ¡Qué esencial es la fe!
¿De qué forma se hace más fuerte la fe transcurrido un tiempo?
La fe se hace más fuerte transcurrido el tiempo. Un albañil sabe que un muro no se crea de un día para otro; sabe que debe edificarlo ladrillo a ladrillo. Del mismo modo, la fe se enriquece y hace más fuerte con el contacto incesante con Dios.
Para sostener viva la fe, debemos actualizar cada día nuestra seguridad en Dios, dejando la vida en sus manos como un niño que se deja en los brazos de su madre y no se preocupa. Vivir en la fe es entender la excelencia y majestad de Dios, para entonces vivir con gratitud por todo cuanto somos y nos llega de Él.
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