Cómo aprender a orar en el Espíritu Santo
En el momento en que oramos en el Espíritu, nos ofrece la victoria del poder, por el hecho de que nos ofrece una conexión con nuestro Padre Celestial. Aparte de eso, nos ofrece una muy excelente calidad de vida que se puede detallar como buenísima calidez y independencia que nos deja canjear.
Es mediante esta oración que atravesamos un desarrollo de comunicación con Dios que nos ofrece de forma plena la existencia de nuestro Señor y las mejores y mucho más genuinas maneras de hablarle de hecho y amor.
Emplea tu cabeza para rezar.
Es requisito en el momento en que oramos pensar sobre por qué razón oramos sobre lo que oramos.
Probablemente halla muchas frases en muchas frases que oímos aun en nuestra red social, preciosas y hasta inspiradoras, pero no están en la Biblia, no un tanto. Muchas de estas cosas bordean la herejía, como la manía de proclamar cosas a diestro y siniestro.
La oración nos hace más fuerte en el Espíritu
Una vez que Elías consiguió una enorme victoria en el Monte Carmelo, derrotó a los profetas Baal y Asera, escapó bajo las amenazas de su mujer, Jezabel,
la causa de la escapada de Elías al desierto fue que sus fuerzas espirituales se habían ido, Elías se quedó dormido bajo un enebro, y un ángel lo golpeó y lo despertó diciéndole: levántate y come,
Paso uno: Aceptar nuestra incapacidad para rezar
Debemos empezar con una admisión: tenemos que reconocer nuestra incapacidad para rezar como debemos. Debemos sobrepasar nuestra inclinación a intentar rezar por nosotros. Comenzamos a admitir que la oración es una actividad espiritual y que el poder de la carne no sirve de nada. Debemos sentir nuestra sequedad y nuestras adversidades y confesar nuestra debilidad, nuestra falta de vitalidad, nuestra lentitud espiritual y nuestra pereza (L’Eau Vive, 86).
Pero esta etapa no es pasiva; la obediencia al Espíritu es una acción. La confesión lleva a la promesa y la oración.
¿De qué forma se hace?
Para rezar apropiadamente en el Espíritu, han de estar presentes tres elementos básicos, a entender:
- Aceptar nuestra incapacidad para rezar
- Gozar creando una comunión viva y escencial con Dios
Reclamar las promesas de Dios de manera segura y sabiduría, o sea con sabiduría
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