Cómo nació la misa

Como bien sabéis, la Eucaristía es el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Más importante que los otros sacramentos, asimismo tiene una rica historia.

Cuál es la parte más importante de la misa

Repasaremos los hechos mucho más significativos que han sucedido durante los años para comprenderlos mejor y de esta forma sacar mucho más beneficio de nuestra vida católica

Bendición de la paz

El Papa Eutychien (275-283) presentó la Petición; El Papa San Celestino I (422-432) ingresó el Introito; el saludo de paz hay que a San León II (682-683) y el Papa Sergio (687-701) añadió el Agnus Dei.

A estas creaciones hay que añadir otras, por poner un ejemplo, el Papa Zócimo (417-418) aseguró que el cirio pascual estuviese que se encuentra en todas y cada una de las iglesias de todo el mundo; San Félix IV (526-530) prohíbe las celebraciones fuera de los sitios santurrones; hecho fue sentido que el Papa Dámaso (366-384) encargó a San Jerónimo la traducción de la Biblia del hebreo al latín, sin prohibición, sería hasta tiempos de Gutemberg en el siglo XV, en el momento en que se mencionará el libro y su n – traslado de autoridades. distintas áreas.

Presencia real

A lo largo de la última comida, Jesús ha dicho a sus acólitos: “Tomad, comed; es mi cuerpo Y tomando la copa, y dando gracias, se la dio, diciendo: Bebedlo todo; por el hecho de que o sea mi sangre» (Mt 26, 26-28). Estas expresiones están registradas en la historia, pero hasta hoy varios protestantes aseguran que eran simbólicas. No obstante, la prueba de los progenitores apostólicos siguientes nos afirmaba lo opuesto: pensaban que la Eucaristía era el auténtico cuerpo y sangre de Cristo, y ellos lo defendían.

Cerca del año 107 d.C., San Ignacio de Antioquía, quien fue acólito directo de los apóstoles, escribió una sucesión de cartas a las iglesias de Asia Menor advirtiendo sobre la existencia de herejías que rechazaban la encarnación y afirmaban que Cristo no tenía cuerpo real, y por consiguiente rechazaban la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, con esto responde san Ignacio reafirmando la enseñanza de la Iglesia recibida de los apóstoles y rechazando a todo el que que no cree en la presencia real de Jesús en la Eucaristía.

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