Como debe ser la unidad de los cristianos

En el momento en que la Iglesia está en unidad, Dios manda su poder. Hemos encontrado el único acuerdo en esta unidad, que significa estar en Él en el sitio que nos corresponde en este cuerpo, andando en el ministerio que Dios nos ha llamado, todos nosotros encontrando su sitio y operando allí. Crea la intención única, y es en esa atmósfera que Dios conduce su historia. Entonces puedes observar la relevancia de la unidad cristiana, lo contrario a la compañía falsa y ilusoria llamada ‘ecumenismo’.

Leyendo Romanos 15:4-7, afirma: «Por el hecho de que las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, para que, por la paciencia y por la consolación de las Escrituras, tengamos promesa. Pero el Dios de la paciencia y del consuelo les da exactamente el mismo sentir según Jesucristo, a fin de que a una voz deis gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Acéptense unos a otros, como Cristo nos aceptó, para gloria de Dios. »

La unidad de la iglesia fundamentada en la variedad de ministerios según v.7 a 12

Si bien tiene relación a todos en el v.6 del libro de Efesios, en el v. 7 empieza por cada uno, a fin de que la unidad se transforme en variedad en la Iglesia. Con esto, Pablo destaca que la unidad no ha de ser entendida como una analogía, tal y como si todos y cada uno de los cristianos fuesen clones unos de otros. Por contra, la Unidad de la Iglesia es atrayente por su dificultad, tanto formativa como extensiva con una naturaleza diferente donde Cristo se encarga de dones y ministerios para beneficio mutuo. El apóstol exhibe 2 géneros de ministerios: los que corresponden al lugar de la iglesia y los relacionados con la edificación de la iglesia

  1. La unidad de la iglesia fundamentada en la madurez y medrar según el v. 13 a 16

Efusión del Espíritu Santurrón

Durante la historia siempre y en todo momento fué de esta forma. La efusión del Espíritu tiene rincón sobre la iglesia que está unida en el mensaje, la misión y el cariño que trae Jesús. Si los devotos reconcilian sus diferencias con esta vocación superior, tienen este ingrediente importante. Este vínculo de unidad del corazón y el alma añade un enorme poder al testimonio. Las diferencias no tienen que conducir a la división. Más allá de que debemos festejar nuestra variedad, asimismo debemos admitir nuestras diferencias. Lo más esencial es enfocarse en llenar la labor que Jesús le dio.

Él espera que los cristianos se comprometan a proclamar su mensaje de amor al planeta. De ahí que dejó la misión y el mensaje como elementos de unidad para nosotros, la organización de la Iglesia como composición de unidad, y la oración y la intercesión como medios de unidad. Un católico, una congregación, una organización de iglesias, que oran y distribuyen exactamente el mismo mensaje y exactamente la misma misión que recibe el poder del Espíritu Beato para tener un enorme encontronazo en la sociedad donde se desenvuelve.

Unidad con Dios

Por consiguiente, la unidad del católico con Cristo y la Trinidad, de Cristo con el Cuerpo de Cristo, por consiguiente con todos y cada uno de los cristianos, y del católico con el resto cristianos, la la unidad es exactamente lo mismo que su fuente: la comunión que, una vez «en Cristo», está frente nosotros y es una situación. Y la verdad es más esencial que nuestros pensamientos sobre esa situación (Papa Francisco). La verdad es que nos encontramos «sumergidos» en exactamente la misma situación. Nos encontramos «en Cristo» (y Cristo está en nosotros) y nos encontramos con él con relación a la Trinidad. De ahí que somos una iglesia. Somos el uno para el otro. Pertenecemos a exactamente la misma «situación». Sobre la base de la unidad de Dios, de la unidad entre Cristo y el Cuerpo de Cristo, sobre la base de la Trinidad, pertenecemos a exactamente la misma situación.

Como afirmaba el Padre Raniero Cantalamessa: “Es el Espíritu Santurrón quien da o no posee, sino más bien solo por vínculos legales y también institucionales, la medida de pertenencia a la Iglesia. Entre la fácil pertenencia aparente a la Iglesia y la pertenencia espiritual, hay exactamente la misma diferencia que en los sacramentos… entre el que recibe el signo aparente… y el que, por contra, recibe asimismo la felicidad invisible. en ellos. .. Esta es la razón de nuestra comunión universal con todos los auténticos fieles en Cristo, incluyendo los que no pertenecen a nuestra iglesia. Es una comunión, por consiguiente, entre todos y cada uno de los cristianos, no solo in votis, o sea, en el deseo y en el tiempo futuro, sino más bien ahora presente y eficiente.

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Juan de Jesus

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