Cuál es tu misión en la Iglesia

Es labor de la Iglesia llevar a cabo lo que logró Jesús. Y Jesús fue un profeta de su tiempo. Pero, ¿qué es un profeta? La palabra griega para profeta puede representar «el que charla» o «resguarda». Un profeta es alguien que charla la realidad de Dios a otros sobre temas contemporáneos.

Ciertos mostraron datos sobre el futuro al tiempo. Isaías, por poner un ejemplo, se dirigió al presente y al futuro; Criticó valerosamente la corrupción de su tiempo (Is 1, 4) y dio una extraordinaria visión del futuro de Israel (Is 25, 8).

Misión teológica: ¿Por qué razón es esencial la misión?

“La iglesia no hace metas; la iglesia es una misión”, afirma Chuck Van Engen, quien fue misionero en Chiapas, México, a lo largo de varios años.

Es imposible denegar que esta leyenda se vería realmente bien en una remera. Y, lo que es más esencial, exhibe el papel escencial de la misión en la definición de la iglesia. Pero, ¿qué provoca que la misión de la iglesia sea comunicar el evangelio? ¿Y por qué razón esta misión es tan primordial?

En el Evangelio que terminamos de oír de San Marcos, se nos comunica de qué manera el Señor Jesús, tras escoger a los 12 apóstoles, los manda (este es el misterio y el secreto de este Evangelio ) precisamente lo mismo que logró el Señor Jesús: comunicar el Evangelio y enseñar el reino de Dios, por medio de la curación, las transformaciones internas de esos a quienes llegó esta leyenda. Es primordial que lo comprendamos bien: el único que salva es el Señor Jesús, el eterno hijo del Padre, que se realizó hombre en el seno de la Virgen María, que murió y resucitó por nosotros. Pero confió a la Iglesia que continuara su obra de salvación; no que la Iglesia salve, sino los integrantes de la Iglesia (todos y cada uno de los que formamos una parte de esta red social de Dios por el bautismo) vamos a ser llamados a comunicar el Evangelio, como lo logró nuestro Señor Jesucristo. Y permitid, ya que, con este aviso que el Señor se manifieste en todos los pueblos y que abran su corazón por fuerza salvadora del Señor. Es un enorme secreto que el Resucitado prosiga estando presente en la mitad de la Iglesia, que el Resucitado prosiga salvando, que el Resucitado prosiga cumpliendo su plan de amor y clemencia, y lo logró por medio de la Iglesia. En el final del Evangelio de Mateo, tenemos la posibilidad de comprender precisamente lo que esto quiere decir. El Señor resucitado ha dicho a sus acólitos: «Id, el Señor me dió todo poder en el cielo y en la tierra, predicad el Evangelio a todas y cada una de las naciones y hacedme acólitos». O sea lo que significa: que nosotros como integrantes de la iglesia (y de toda la iglesia: sus pastores y sus leales) mostramos el evangelio de la salvación, que les anunciamos el evangelio de Dios. Anunciemos a toda la raza humana que el Señor fallecido y resucitado es nuestro Salvador a fin de que toda la raza humana logre conseguir la presencia salvadora de Dios entre nosotros, a través de Cristo que nos ofrece su espíritu, y de esta forma mudar nuestra vida. . En este país vivimos tiempos de cambio, de transición. Si Dios desea, ahora mismo, el aviso del Evangelio se expresa de forma realmente fuerte. Que todos y cada uno de los colombianos descubramos que Dios es nuestro padre, que todos somos sus hijos y, por consiguiente, hermanos y hermanas, todos redimidos por la desaparición y resurrección del Señor. Que a todos se nos solicita recibir el Espíritu Beato a fin de que, fallecidos al pecado, a la envidia, al odio, a la crueldad, a la injusticia, a todo cuanto nos divide y divide, tengamos la posibilidad vivir como hermanos mientras que edificamos una planeta de eso. justicia y paz. Solicitemos al Señor que nos conceda la felicidad de entender cada vez mejor lo que significa la salvación que nos proporciona y poder dársela a el resto, anunciarla a el resto. Más que nada con nuestra vida, una vida congruente, una vida recta, una vida real, según la intención del Señor, que es al tiempo nuestra felicidad, que es al tiempo la plena realización de nuestra vida. La bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santurrón, descienda sobre nosotros y continúe para toda la vida. Amén

La misión de las academias católicas

Cualquier discusión sobre las academias católicas debe empezar con dado que los progenitores son los primeros docentes de sus hijos y por ende tienen la compromiso de la capacitación en la fe. En verdad, las academias que hacen su mejor trabajo son aquellas donde los progenitores sientan una base espiritual y los profesores los incitan.

La misión de una escuela católica es llevar a los pequeños y jóvenes a Jesús, asistirlos a madurar en su fe y prepararlos para enviarla con el planeta. En otras expresiones, a pesar de que los estudios académicos y los deportes forman parte de la capacitación de un estudiante, no son el aspecto más esencial de exactamente la misma.

¿Está su iglesia implicada en el avance de una Enorme Comisión para este planeta?

La palabra de Dios es clara y dio una orden; por las pretensiones de las ánimas de todo el mundo es urgente obedecer. En el momento en que nos unimos a la obra del evangelio mundial, nos transformamos en asociados en exactamente la misma obra con Dios en la compañía mucho más grande que el planeta nunca haya popular. Debemos ser siendo conscientes de que la gente se van a perder en la eternidad si jamás escuchan la salvación de Dios y desarrollan una relación personal con Jesucristo. Debemos comprender de qué forma Dios prometió traer la salvación a este planeta; debemos rememorar que Dios ha guardado a su Iglesia y la ha alimentado desde hace tiempo; toda vez que llamaba a alguien para realizar su labor.

Este es el siglo de África, Asia y América Latina, las iglesias tienen que sumarse para fomentar el reino de Dios en estos sitios. No obstante, hay al menos seis óbices que debemos combatir antes de empezar a trabajar por el reino de Dios.

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